domingo, 3 de abril de 2011
“Acoso moral, laboral, hostigamiento y manipulación que pasa hoy en nuestra ciudad, de un caso verídico. Este es su PERFIL de esta persona”
El “acoso moral” o mobbing” este es definido como el “Conjunto de comportamientos, acciones o conductas ejercidas por una o diversas personas de forma sistemática y a lo largo del tiempo, destinadas a dañar la integridad física y psicológica de una o más personas, con un desequilibrio de fuerzas, con el objetivo de destruir su reputación y sus redes de comunicación y perturbar el ejercicio de sus funciones aprovechando las deficiencias en el sistema organizativo”.
La actividad laboral en la República Argentina y en especial en empresas nacionales , internacionales y en otras instituciones como escuelas de nuestro país, sean privadas o públicas, sin importar el rubro a que se dediquen, utilizan la práctica del acoso moral ante la precariedad de las ofertas de trabajo con el nivel de competitividad laboral necesarios en el día a día, aunque este, el acoso moral o mobbing, no es menos cierto que existe y que se practica de manera cotidiana contra un trabajador, mientras que el superior en este caso, desea que abandone su puesto de trabajo sin “responsabilidad” para el , dejando la vacante para ser adjudicada dicha plaza a “otro u otra” que goce de las simpatías del encargado, o evitar la sombra que el empleado pueda hacer gravitar sobre el jefe o encargado, o que por tales presiones abandone “renunciando” a sus prestaciones.
“Comportamiento negativo entre compañeros o entre superiores o inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado es objeto de acoso y ataque sistemático durante mucho tiempo, de manera directa o indirecta, de parte de una o más personas, con el objetivo y/o efecto de hacerle el vacío”.
“El Acoso psicológico en el trabajo tiene el objetivo de destruir la estabilidad psicológica de un ser humano, a través del descrédito y la rumorología. Se practica acosando grupalmente de tal manera que la víctima "estigmatizada" no pueda defenderse, que no pueda hablar o que su palabra ya no tenga ningún valor. La indefensión de la víctima proviene de la pasividad de los testigos de la violencia, que permiten la destrucción de otro ser humano de manera indignamente cobarde.”
Las causas del mobbing: pueden ser muy diversas. Pero la psicología del acosador(a) y de la víctima responden a esquemas bastante previsibles: narcisismo infantil, envidia hacia los subordinados (as) brillantes, son los rasgos típicos del torturador; autonomía personal y competencia profesional son, especularmente, los rasgos típicos del torturado. También se ha observado una estrategia persecutoria diferente en relación al sexo del acosador: más directa y factual de un acosador más indirecta y verbal si se trata de una acosadora mujer.
El hecho que la persecución está orientada, normalmente, desde la mediocridad hacia lo brillante, hace pensar que la intención principal del mobber consiste en neutralizar personas que con su independencia e iniciativa ponen en evidencia el bajo rendimiento del grupo, y amenazan, así, la red de relaciones jerárquicas encima de las cuales el grupo asienta su estabilidad. Esto explicaría el delirante concepto de justicia que normalmente anima el comportamiento perverso del acosador, convencido de actuar no por las propias obsesiones, sino por tutelar el colectivo que depende de una mujer. Y es justamente en este contexto morboso de violencia no explicitada donde prospera el mobbing, que se verifica cada vez que un trabajador rompe la ley de complicidad, diciendo sinceramente aquello que piensa y actuando de manera consecuente.
El acosador puede moverse por celos profesionales, envidia hacia alguien, por su situación familiar o por su propia falta de competencia. En este último caso, lo que hace es echar una cortina de humo para que nadie tome conciencia de sus carencias, atacando al que le pone en evidencia. Otras veces, lo que se busca es un chivo expiatorio de una mala organización del trabajo. Culpar a uno para salvar la reputación o encubrir las torpezas de otro.
En realidad el mobbing no es una relación dual entre un sujeto activo y un objeto pasivo. Hemos de imaginar un ambiente de trabajo bien integrado alrededor de un jefe que impone su voluntad de manera casi absoluta, pero siempre aparentando con hipocresía las formas externas de la democracia, o sea fingiendo escuchar a los subordinados, los cuales, por su lado, fingen de estar manifestando libremente su pensamiento, y dicen, en cambio, exactamente aquello que quiere escuchar el jefe.
Pero hay, en este delirio paranoico, un elemento de verdad sobre el cual se tiene que reflexionar, porque se escapa de la descripción jurídica del delito de acoso laboral (y si queda reflejada, en cambio, por la etimología inglesa de la palabra, ya que alude a una persecución llevada a cabo por un grupo).
¿Cuál es el límite legal máximo de tolerancia qué debe soportarse a dichos fines? ¿Debe el trabajador (a), por esta razón, claudicar todos sus valores morales, su orgullo y dignidad en pos del mantenimiento de su fuente laboral? Nos resistimos a pensar que el mundo laboral repose sobre el sufrimiento del trabajador (a). Sin embargo, estos diversos orígenes, en muchas de las ocasiones, no explican por sí mismos la virulencia de las conductas de hostigamiento.
“Si el acoso conduce hoy más que nunca a graves problemas psicofisiológicos en las víctimas, no es porque la técnica del acoso se haya perfeccionado; lo que ha cambiado es mas bien la pasividad y ausencia de solidaridad de los compañeros y la profunda transformación del sentido de Justicia en el mundo del trabajo"
La metodología del Hostigador
Sabemos que para poder hostigar a otro ser humano el acosador habrá de ejercer dos tipos de manipulaciones, una dirigida al entorno de la víctima y otra dirigida hacia la persona acosada.
Para el acosador la manipulación dirigida al entorno tiene como finalidad convertirlo en su aliado, ya sea para que colabore en el hostigamiento o bien para que no haga evidente lo obvio y para ello lo único que le pide el acosador es que no haga nada. El entorno que no hace nada se convierte en colaborador tácito del acoso. La manipulación del lenguaje dirigida a la víctima tiene como objetivo dañarla y desestabilizarla.
La Manipulación del Lenguaje
Quien manipula se le llama manipulador. La manipulación perversa es con insidias. El lenguaje es perverso; cada palabra oculta un malentendido que se vuelve contra la víctima elegida.
El manipulador usa la mentira y la falsedad mediante una exposición de motivos que altera la verdad o la silencia. El argumento de un manipulador incluye siempre una falsedad, llegar a descubrirla es deja al manipulador sin ese argumento, con ello el manipulador habrá de esforzarse en buscar otro argumento que justifique su accionar, y en él volverán a existir falsedades, que deberán ser sacadas a la luz y hacerlas evidentes.
La estrategia utilizada por el manipulador para conseguir el descrédito de la víctima es el uso de la rumorología, del hipercriticismo y de autodefinirse como abanderado de una “noble causa" que justifica la utilización arbitraria de la violencia. En la maledicencia, se utiliza la calumnia, la mentira y las insinuaciones malintencionadas.
El acosador usa el lenguaje para manipular y así conseguir sus fines. La manipulación del lenguaje se concreta en el uso de la incongruencia y de la contradicción, y esos dos elementos están siempre presentes en todo discurso manipulador.
En conclusión para romper el hechizo del manipulador a través de la comunicación, hemos de buscar en su discurso:
1- La falta de lógica o la lógica desconcertante, es decir la incongruencia.
2- La contradicción, a través de:
a) Las Falacias, a saber los argumentos falsos, que incluyen insinuación y malos entendidos.
b) Los Errores, o sea la equivocación intencionada en el razonamiento.
Ya tenemos las claves para detectar al acosador. Su propio lenguaje nos da esas claves y éstas nos permitirán, a partir de ahora, ser menos vulnerables a la manipulación de ese personaje experto en el uso de la comunicación paradójica.
El acoso es un fenómeno terrorífico porque es inhumano. No conoce los estados de ánimo, ni la piedad. Los compañeros de trabajo, por bajeza, por egoísmo o por miedo, prefieren mantenerse al margen. Cuando una interacción asimétrica y destructiva de este tipo arranca entre dos personas, lo único que hace es amplificarse progresivamente, a menos que una persona exterior intervenga enérgicamente. Si en algún momento del proceso de acoso alguien, con un cierto poder, reacciona de un modo sano, el proceso se detiene. Este es el motivo que da mayor significación a detectar, en sus primeras manifestaciones al acosador, pues así se podrá detener la espiral de la violencia que conlleva esto.
ACOSO MORAL
Una de las cuestiones más de moda en el mundo laboral es la del "MOBBING" o acoso moral en el trabajo. Las leyes hacen responsables últimos de las situaciones de acoso laboral a los directivos.
Es más, tan "La vía penal puede utilizarse de forma paralela como arma de negociación para conseguir una indemnización mayor" bien se dan casos de acoso laboral por parte de los compañeros.
Por este motivo creemos fundamental el dar a conocer este fenómeno públicamente, para que todos y todas seamos conscientes de cuando se está produciendo un caso de acoso moral sobre nosotros o sobre alguien que conozcamos, y también para evitar participar inconscientemente en estos casos y denunciarlos para que cesen en su caso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario